lunes, 18 de mayo de 2009

LUCHA INVENCIBLE


El frío español aún no decide abandonarnos, sus últimos intentos son más notables por las noches, en donde sopla un suave viento con olor a las frías corrientes árticas.
Primavera ha sacado su vestido de luces y sus finos tacos, pero aún se ha dejado intimidar por el monstruoso invierno.
Por otro lado Invencible ha estado preparando su largo y pomposo vestido azul para lucirlo en la gran gala de verano.
Hombres y mujeres dan la reverencia ante el paso de Invencible por las grises calles catalanas.
El destello que emana Invencible es tan poderoso que ha logrado cambiar la vida a muchos individuos que se han cruzado por su camino.

Al parecer todo era un cuento de hadas, pero un día cuando el muchacho se dirigía a su oficina la tormenta se aproximaba, algo en su corazón le indicaba que la gran batalla estaba apunto de llegar.
A pesar que el sol iluminaba las amplias carreteras de Barcelona el presentimiento de Invencible era cada vez más fuerte a medida que se iba acercando a la estación que marcaría su vida.
Los pasos eran lentos pero seguros, aquella mañana estaba decidido a recibir la supuesta noticia que temía hace ya algunos días.
Entró lentamente a la oficina que aún la cafetera desprendía un penetrante olor a café matutino, de pronto invencible observó que su jefe lo esperaba, al parecer nada más se podía hacer.
El jefe comentó a Invencible que ya no prescindía de sus servicios, por lo que en pocas palabras estaba despedido.
Este muchacho no ha firmado ningún convenio de prácticas estudiantiles, y mucho menos un contrato de trabajo.
Por lo que Invencible estaba trabajando ilegalmente en aquella empresa, y una vez más los más débiles han sido blanco de los maltratos de un jefe explotador y sin modales.
De pronto sin nada en os bolsillos, tan solo con las penas en el corazón , tuvo que marcharse de su oficina tal como había llegado, estaba triste e impotente por que no le habían avisado días previos para despedirlo, y para aumentar el caso, había trabajado 6 días más y su jefe ni ha reconocido ese esfuerzo.

Ahora Invencible está sentado esperando el bus, no hay esperanza que lo ilumine y tan solo la minúscula lluvia que cae sobre su lacio cabello.
Este muchacho había peleado por las causas de los homosexuales y ha tenido el valor de escribir un blog y muchas veces dar la cara.
No podía dejarse llevar por aquella tormenta de caos, solo debía actuar con inteligencia para vencer al gran toro…

Actualmente me encuentro luchando por mis derechos de trabajador despedido sin indemnización y sin contrato, por lo que la ley española me ampara, es una lástima que la Universidad La Salle no vele por los intereses de los alumnos y se dedique a defender al empresario, es la peor decepción que he podido llevarme…
Ahora solo queda seguir con la demanda y agradecer a la ayuda de un grupo de abogados que están llevando el caso (gracias colectivo Ronda)

INVENCIBLE

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